Resulta ilustrativo de la miseria intelectual de la España franquista que una de las novelas más importantes escritas en esa época por un autor español ni fuera escrita en castellano, ni fuera publicada en España hasta muchos años después de su primera edición. Se trata de La forja de un rebelde de Arturo Barea. Efectivamente esta trilogía se publicó originalmente en inglés en 1941, pero hasta diez años después no fue editada por Losada en Buenos Aires y hasta 1977 no se publicó en España. Pero entonces, Arturo Barea ya no vivía más que en la memoria de sus lectores.
Barea había nacido en Badajoz el 20 de septiembre de 1897, en el seno de una familia muy humilde. Huérfano de padre de manera prematura, la familia se traslada a Madrid donde su madre trabaja de lavandera en el río Manzanares.
Barea había nacido en Badajoz el 20 de septiembre de 1897, en el seno de una familia muy humilde. Huérfano de padre de manera prematura, la familia se traslada a Madrid donde su madre trabaja de lavandera en el río Manzanares.
Los doscientos pantalones se llenan de viento y se inflan. Me parecen hombres gordos sin cabeza, que se balancean colgados de las cuerdas del tendedero. Los chicos corremos entre las hileras de pantalones blancos y repartimos azotazos sobre los traseros hinchados. La señora Encarna corre detrás de nosotros con la pala de madera con que golpea la ropa sucia para que escurra la pringue. Nos refugiamos en el laberinto de calles que forman las cuatrocientas sábanas húmedas. A veces consigue alcanzar a alguno; los demás comenzamos a tirar pellas de barro a los pantalones. Les quedan manchas, como si se hubieran ensuciado en ellos, y pensamos en los azotes que le van a dar por cochino al dueño. Por la tarde, cuando los pantalones están secos, ayudamos a contarlos en montones de diez hasta completar los doscientos. Los chicos de las lavanderas nos reunimos con la señora Encarna en el piso más alto de la casa del lavadero.
Así testimonia esa etapa de su vida el autor en el arranque de la primera de las novelas de la trilogía, La forja. En ella se narra la vida del hijo de una lavandera en sus primeros años en Madrid y sus esfuerzos para abrirse paso trabajando de meritorio, esto es, sin cobrar nada, en un banco.
La segunda parte, La ruta, trata de su participación en la guerra de África. En ella aparecen personajes que más tarde van a protagonizar la rebelión militar contra la República y la Guerra Civil, entre ellos, el mismo Franco o Millán Astray.
La proclamación de la República, el Madrid asediado y el fin de la Guerra constituyen el contenido de la tercera parte, La llama. Barea trabajaba entonces en lo que hoy es el edifico de Telefónica en la recién construida Gran Vía madrileña. Las conspiraciones de los poderosos y las tensiones de los republicanos, nos aparecen a través del testimonio de quien era encargado de las relaciones con los periodistas extranjeros destacados en España para cubrir el conflicto bélico.Entre ellos el autor cita a Ernest Hemingway.
En 1990 TVE produjo una serie basada en esta novela. Fue dirigida por Mario Camus con un cuidado reparto en la que llegaron a participar 250 actores y más de 20.000 extras.
Toda la obra tiene un marcado carácter autobiográfico, aunque el autor destaca que le interesa más lo colectivo que lo individual. La importancia de la forja de un rebelde puede resumirse con la opinión que de ella tenía Gabriel García Márquez, quien dijo que era una de las diez mejores novelas escritas en España tras la guerra civil. Sin embargo, las autoridades franquistas mantuvieron una hostilidad hacia Arturo Barea hasta el punto de tratar de ocultar su nacionalidad española.

Autor del mes: Arturo Barea
Reviewed by Ángel L. Soria
on
20.9.18
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