Autor del mes: Luigi Pirandello

Todo lo que conocemos de nosotros mismos es una parte, quizás pequeñísima, de todo lo que somos sin reconocernos.

Él fue Luigi Pirandello. Fue novelista, dramaturgo y poeta. Considerado uno de los más importantes escritores de la Literatura universal, fue condecorado con el premio nobel de literatura. Siciliano nacido Villaseta de Càvusu, llamada actualmente Xaos (la etimología de tal lugar, según el mismo Pirandello, derivaría de la palabra griega Kaos) actualmente una contrada o suburbio de la ciudad siciliana de Agrigento (la Acragante griega, Agrigentum para los latinos, Kerkent para los árabes y Girgenti en siciliano). Nació un 28 de junio de 1867 y murió en Roma, en 1936. Tal vez el influjo de los dioses consagrados en los templos de su tierra natal, tan rica en historia como muestra su toponimia, lo llevó a plantearse tantas incógnitas sobre el yo, sobre quienes somos “como nos ven los demás” con sutil ironía y dramático humorismo. Muchas preguntas y pocas respuestas lo convierten en un clásico, en un autor que a pesar del tiempo se siente como contemporáneo. Su búsqueda del yo y del “como deseamos ser“ lo convierte en un clásico en una época en la que buscamos constantemente la reconstrucción de nuestro personaje a través de los autorretratos. Nos creemos únicos, pero para los demás somos indistinguibles.

Era hijo de una familia burguesa enriquecida gracias a la extracción del azufre. Tanto su padre como su abuelo, habían participado activamente en movimientos históricos revolucionarios, su abuelo en las revueltas sicilianas y su padre en 1860 había luchado con la camisa roja de los garibaldinos por la unificación de Italia. Hubiera debido dedicarse a la empresa familiar y comenzó a trabajar en ella para cortejar a su prima. De ese trabajo surgió inspiración para sus primeras obras, pero al no alcanzar el amor de la bella Lina, decidió dedicarse a la literatura con la pasión que alimentaba desde que tenía once años.

A los diecinueve años comenzó a estudiar en la universidad de Palermo y después continuó en Roma, donde tras pocos meses, su enemistad con el rector lo obligó a abandonar la sede y marcharse a Bonn, en Alemania, para continuar sus estudios. Allí se doctoró con una tesis sobre la lengua siciliana.

A su regreso a Italia, en 1892, encontró a Maria Antonietta Portulano, hija del socio de su padre, con quien se casó dos años después y gracias a la rica dote de su esposa consiguió trasladarse a Roma como él deseaba.

En 1903 una inundación arruinó la mina familiar, en la que la pareja había invertido todos sus ahorros y perdieron su fortuna. Pero en 1904 consiguió publicar Il fu Mattia Pascal (El difunto Matias Pascal), novela que, aunque ignorada por la crítica, le proporcionó cierta popularidad.

Gracias a un sueldo seguro como profesor en el Instituto superior de Magisterio femenino, la pareja pudo mantenerse. Los celos enfermizos de su mujer al verlo rodeado de jóvenes estudiantes y que incluso llegó a sospechar de su propia hija, provocaron en Maria Antonietta un serio trastorno mental a un paso del suicidio. Cuentan que Pirandello se despertó una noche amenazado por un cuchillo de cocina que empuñaba su esposa. En 1919 la situación fue tan insostenible que Pirandello se vio obligado a ingresar a su mujer en un hospital psiquiátrico.

René Magritte, Golconda (1953).

El auténtico éxito lo obtuvo Pirandello en el teatro, aunque una de sus obras maestras Seis personajes en busca de autor (Sei personaggi in cerca di autore) sufrió un tremendo fracaso cuando se representó en 1921 en el Teatro Valle de Roma. El público esperó la presentación del autor en la escena para gritar “¡Manicomio! ¡Manicomio! En ella los personajes cobran vida real para reclamar su historia y se rompen los límites entre el teatro y la realidad. Pero Pirandello no se dio por vencido y además de obras previas como Así es si así os parece (Così è se vi pare, 1917) y continuó publicando y representando numerosas obras teatrales: Las Reglas del Juego (Il giuoco delle parti,1918), El hombre de la flor en boca (L’uomo dal fiore in bocca, 1923) Vestir al desnudo (Vestire gli gnudi, 1922), Cada cual a su manera (Ciascuno a modo suo, 192)4 Los gigantes de la montaña, (I giganti della montagna, 1936)…

Uno de los puntos más oscuros de la vida de Pirandello fue su inscripción en el partido fascista en 1924 cuando ya muchos intelectuales comenzaban a alejarse del partido que iba mostrando su rostro más violento y represivo. Sus motivos no quedan claros, algunos críticos piensan que era una forma de ir contracorriente con la moral común o tal vez para conseguir fondos para su compañía teatral. Lo cierto es que llegó a ser espiado por la policía política de Mussolini por su posición crítica.

En 1934 se le otorgó el premio Nobel por su renovación en el arte dramático y teatral. Ya había estado a punto de conseguirlo en 1926, pero en aquella ocasión lo recibió la sarda Grazia Deledda.

Interesante es lo que se ha considerado el “humorismo pirandelliano” presente en muchas de sus principales obras, que se manifiesta como un modo especial de ver la realidad que deja en el fondo un poso de amargura. Diferenciaba el humorismo de la “comicidad” instintiva y superficial. La carcajada cómica surge cuando el espectador advierte el contraste entre la apariencia y la realidad, entre lo que es y lo que debe ser.

El escritor, además estudió tratados de psicología intentando comprender, entre otros motivos, la patología de su esposa y ellos le influyen en el tratamiento de las máscaras y la crisis del yo, algunos de sus temas fundamentales. Ambos temas son los protagonistas de la novela Uno, ninguno y cientomil (Uno nessuno e centomila, 1926) donde emerge una profunda angustia sobre la existencia moderada por una amarga ironía. La novela ya había sido iniciada en 1909 y sintetiza el pensamiento del autor. El protagonista es un antihéroe al que su mujer le comenta que tiene la nariz ligeramente torcida y a partir de entonces se replantea su existencia y su apariencia en un mundo cambiante y sin

certezas.

Pirandello escribe en una época llena de novedades artísticas y corrientes vanguardistas. Mucho se ha hablado y escrito sobre las relaciones entre Pirandello y Unamuno. El autor español conoció algunas obras pirandellianas, pero negó su influencia. Ambos murieron en el mismo año,1936 en los albores de un nuevo orden mundial.

Carmen González Guerrero, profesora del Departamento de Lengua Castellana y Literatura.