Autor del mes: Gabriel García Márquez

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de viente casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.

Así comienza una de las novelas más importantes del Siglo XX o, según muchos, de la historia de la Literatura Universal: Cien años de soledad, escrita por Gabriel García Márquez entre 1965 y 1966 y publicada un año después en Argentina. Unas pocas líneas son suficientes para introducirnos en una historia que nos sorprenderá, transportándonos a un lugar y a un tiempo imprecisos, como una de esas mañanas de niebla en otoño, cuando los perfiles se desdibujan y los sonidos se atenúan. Los acontecimientos que se citan en la novela se produjeron entre mediados del XIX y mediados del XX, si bien muchos pasajes de la obra parecen ajenos a cualquier medida temporal, como si los tiempos se mezclaran, y presente y pasado hallaran una armonía mágica. Tampoco Macondo existió por más que podamos viajar hasta allí en varias novelas de Gabo. Macondo es la ciudad bulliciosa y alegre con la que soñó José Arcadio Buendía en su camino hacia el mar. O quizás se parezca también a Aracataca la ciudad en la que nació García Márquez el 6 de marzo de 1927 y que pretendió infructuosamente rebautizarse como Macondo. Allí vivió con sus abuelos, pues sus padres se habían trasladado a Sucre, donde nacieron la mayor parte de su diez hermanos. ¡Cuántas historias le contaría su abuelo, el coronel Nicolás Márquez, veterano de la Guerra de los Mil Días! Y para que él pudiera crear otras le regaló un diccionario mientras le decía: “En este libro, encontrarás todo”.
Siempre comprometido con causas políticas progresistas, inició en 1947 una carrera periodística como columnista en diversos diarios. En 1955, un hecho trágico conmueve a toda Colombia: Luis Alejandro Velasco, era un joven marino de la Armada colombiana que había estado durante diez días a la deriva, tras caer al mar junto con otros siete compañeros, como consecuencia de la mala colocación de la carga del buque Caldas, cargado de aparatos destinados al contrabando. Luis Alejandro que hasta ese momento había sido considerado un héroe y había sido agasajado en toda Colombia, pasa a ser perseguido y debe abandonar su carrera militar, siendo olvidado y despreciado por las autoridades. El encargado por el diario El espectador de entrevistar al naufrago y publicar su historia en catorce entregas es Gabriel García Márquez quien también debió soportar la represión del Gobierno colombiano del General Rojas Pinilla, lo que le llevó a abandonar Colombia durante cuatro años. Este extenso reportaje es publicado en 1970 como novela con el título de Relato de un náufrago
Ya entonces había iniciado su carrera literaria como novelista, cuentista y guionista. Siempre reafirmando su compromiso, la política ocupa un espacio central en su obra y en su vida. Así, La mala hora (1964) es una denuncia de la dictadura del General Rojas Pinilla. El otoño del patriarca (1975) presenta la figura del dictador de una país caribeño, un anciano burdo, inculto y desmemoriado, pero cruel y despiadado al tiempo. No es difícil hallar personajes reales que respondan a esta descripción. 
El coronel no tiene quien le escriba (1961) es, para García Márquez su mejor novela. Cabe preguntarse si realmente lo pensaría o si sería simplemente una boutade. 
Crónica de una muerte anunciada (1981) es el relato de un crimen que el lector conoce desde el comienzo de la novela.

El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.

El amor y el honor, la presión social como elemento decisorio de las conductas humanas que se abre y se cierra con la muerte del único hombre que desconocía el anuncio de su asesinato.
García Márquez se inspiró en el amor entre sus padres para escribir El amor en los tiempos del cólera (1985), una historia del amor que siente Florentino Ariza hacia Fermina Daza a quien espera durante cincuenta años, nueve meses y cuatro días. 
Y tantas historias más... 
En 1982 recibe el Premio Nobel de Literatura y acude al acto con un elegante traje de lino blanco, el que usaba su abuelo y los oficiales en las guerras civiles. En la academia sueca pronuncia un discurso titulado La soledad de América Latina. Con este motivo el Gobierno colombiano emitió una tirada de sellos con la imagen del autor. Éste al verla dijo: "El sueño de mi vida es que estas estampillas sólo lleven cartas de amor".
En 2002 publica la primera parte de sus memorias que titula Vivir para contarla que recoge sus primeros treinta años. Así nos la presenta: "La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Y en las páginas finales nos refiere una breve conversación en la que refleja su capacidad para sorprendernos:
Viajé a Barranquilla por carretera al día siguiente muy temprano para tomar el vuelo de París. En la terminal de buses de Cartagena me encontré con Lácides, el portero inolvidable del rascacielos a quien no veía desde entonces. Se me echó encima con un abrazo de verdad y los ojos en lágrimas, sin saber qué decir y cómo tratarme. Al final de un intercambio atropellado, porque su autobús llegaba y el mio se iba, me dijo con un fervor que me dio en el alma:
- Lo que no entiendo don Gabriel, es por qué no me dijo nunca quién era usted.
- Ay, mi querido Lácides - le contesté, más adolorido que él -, no podía decírselo porque todavía hoy ni yo mismo sé quien soy.

Falleció en Ciudad de México el 17 de abril de 2014.

Autor del mes: Gabriel García Márquez Autor del mes: Gabriel García Márquez Reviewed by Ángel L. Soria on 6.3.18 Rating: 5

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